Trucos para limpiar fácilmente la nevera y el congelador

Todos sabemos que limpiar el frigorífico es una auténtica pesadilla. Hay que sacar todos los frascos y luego volver a colocarlos en su lugar: tenga mucho cuidado con los detergentes (ya que guardamos la comida en el frigorífico): ¡sin olvidar el arduo trabajo de descongelar el congelador!
Según diversos estudios, la limpieza del frigorífico debe realizarse al menos una vez al mes. Sin embargo, muchos españoles lo hacen completamente dos veces al año como mucho.
¿El resultado? Como sabéis, suciedad, malos olores y, en el peor de los casos, moho y bacterias.
¡Pero no te preocupes! ¡En esta guía hemos recopilado todos los trucos para que limpies tu frigorífico de forma sencilla y totalmente higiénica!
¿Quieres conocer productos naturales para limpiar su refrigerador sin preocuparse por los productos químicos? ¿Cómo ahorrar en tu factura gracias a una simple precaución? ¡Entonces este es el artículo para ti!
Empecemos por la que sin duda es la actividad más compleja (pero que gracias a estos trucos te resultará muy fácil). Descongelar el congelador:
1) Trucos para descongelar fácilmente el frigorífico
Descongelar el congelador es fundamental: el exceso de hielo que reduce el espacio disponible en el interior del congelador puede dificultar su correcto funcionamiento.
En consecuencia, los alimentos almacenados podrían conservarse peor y aumentar el gasto energético.
Primero hay que vaciar el congelador y guardar la comida de manera segura antes de comenzar esta operación. Envuelva la comida con servilletas y colóquela en una bolsa térmica o en una caja aislante. Luego, puede desconectar el enchufe de alimentación. Los tiempos de descongelación nunca son los mismos y dependen de varios factores como la temperatura exterior y la humedad.

2) Usar una espátula de plástico
Cuando el hielo del congelador comienza a ablandarse, se puede quitar más fácilmente con la ayuda de una espátula de plástico. Para ello, es importante evitar el uso de martillos, cuchillos o herramientas metálicas. Si el agua que se forma por el derretimiento del hielo comienza a acumularse en el fondo, limpiar el congelador será más complicado.

3) Secar bien
Durante toda la operación conviene tener siempre a mano unos cubos en los que guardar el hielo extraído del congelador y unos paños absorbentes para secarlo por dentro. Además, hay que cubrir el suelo al rededor asegurandose que el agua no dañe el congelador. Esto es cierto tanto para los congeladores de apertura superior como para los congeladores con puertas frontales.

4) Esperar el tiempo necesario
Según la cantidad de hielo acumulado y el tamaño del congelador, la descongelación puede tardar al menos 2 horas. Una vez que se hayan eliminado todos los restos de hielo, seque el interior del congelador, incluida la puerta. En caso de suciedad, se debe limpiar con una esponja empapada en agua tibia y un paño seco. En este punto, vuelva a poner en marcha el congelador, siguiendo cuidadosamente las instrucciones antes de almacenar los alimentos en él.

5) Acelerar el derretimiento del hielo: el secador de pelo
Hay dos formas de acelerar el derretimiento natural del hielo: una de ellas es dirigir el flujo de aire caliente del secador hacia los depósitos de hielo más gruesos. Si elige esta opción, es importante evitar que el secador de pelo entre en contacto con agua o hielo, procediendo siempre con la máxima precaución hasta completar la descongelación.

6) Acelerar el derretimiento del hielo: la olla
Otro truco popular es este: mete una olla con agua muy caliente dentro del congelador y cierra la puerta para que pueda actuar rápidamente. Después de unos 30 minutos, abra la puerta y retire los residuos del congelador. De esta manera, estará listo para comenzar a limpiar todo el refrigerador. ¿Crees que es demasiado extenuante? ¡Siga leyendo para aprender cómo limpiarlo a fondo de forma rápida y sencilla!

7) Limpiar la nevera a fondo y con poco esfuerzo
Empiece apagando el frigorífico y desenchufando el cable de alimentación. Si se trata de un refrigerador independiente, muévalo ligeramente hacia adelante o hacia un lado y limpie con aspiradora el suelo por debajo y la bobina del condensador negra en la parte posterior.
Recuerde colocar una toalla en el fondo del refrigerador para recoger el agua que goteará durante el lavado.

8) Vaciar los estantes
Y ahora, vaciamos los estantes de comida, poniendo lo que queramos guardar en una nevera. Esta actividad puede ser muy útil para encontrar alimentos caducados o que ya no usaremos (lamentablemente, muchas veces no nos damos cuenta de cuánta comida se desperdicia).
PD: durante la operación te molestaban todas esas manchas de mermelada, salsas, etc. que ensuciaron la superficie? ¡No te preocupes, en las próximas páginas te pasaré dos trucos para evitar que vuelva a suceder!

9) Retirar los estantes
Si desea una limpieza realmente eficaz, ¡no deje los componentes del frigorífico adentro! Saca cada componente extraíble y lávalo en el lavavajillas (o, si lo prefieres, en una solución casera hecha con agua, limón y bicarbonato de sodio.

10) Limpieza exterior
¿Quieres saber cuál es el error más común? ¡Enfocarse solo en limpiar las partes internas! Empecemos por las partes externas para ver cómo limpiar una parte muy importante, las juntas (¡es donde más se concentran las bacterias!).
En primer lugar, fíjate de qué material está hecho el exterior de tu frigorífico: si es de plástico, bastará con un poco de agua tibia y detergente para platos. Para puertas de acero inoxidable, recuerde utilizar un limpiador de pH neutro. ¡Atención! No use limpiadores de acero inoxidable en las superficies SmartSteel ya que pueden dañar la superficie.
Para los paneles laterales pintados, en cambio, utilice un paño suave y limpio. Para la suciedad mas difícil, es suficiente un poco de agua o un detergente de pH neutro.

11) Limpieza de juntas
Lave las juntas removibles con una solución de agua y vinagre, luego séquelos completamente. Mientras lo hace, ¿por qué no usar un truco para hacerlos aislantes? una vez secos, simplemente límpielos con talco o aceite, ¡y listo!
